¿Soleado o nublado? ☀️

Sol, brisa fresca, olor a playa, rosas, pájaros cantando y el cielo azul con nubes traen memorias de alegría y felicidad. Tal vez lleguen nombres a tu mente de personas con las que relacionas estas imágenes.

Mientras que lluvia, dolor, negro, gris, lágrimas, gritos y relámpagos vuelven tus pensamientos a momentos de tristeza, y estos los puedes conectar personas que ya no tienes a tu lado o que no están con vida ya.

Todos vivimos experiencias placenteras y otras nada agradables, ni siquiera para recordarlas. Es en estos momentos de mayor soledad física o mental que iniciamos un examen de valor propio, autoinspección, autocrítica y de evaluación de estima social.

Si dicha evaluación termina con expectativas no cumplidas o un porcentaje menor al que tenemos catalogado en nuestra mente, damos paso a la depresión, al derrumbe físico, al desánimo e incluso al suicidio.

Para llegar a una conclusión de este examen muy a menudo evaluamos las emociones, relaciones, situaciones e interacciones que experimentamos en las últimas horas, días o años.

Lamentablemente, no es justo evaluar un platillo por un solo bocado sino por su sabor completo, pero de todos modos lo hacemos así. Llegando a conclusiones incorrectas.

Esto me recuerda un amigo del cual leí hace unos días llamado Jonás.

Super amigo de Dios y con el privilegio de escucharle, hablarle e interactuar directamente, era también instrumento para comunicar mensajes y profecías de parte de Él.

Y aun con todos estos títulos mencionados el experimento lo que describí hace unos segundos. Parecía ser una persona normal, común y corriente, sonriente a todos y agradecido de la vida. Sin embargo, por dentro se sentía solo, y deprimido.

Tal vez no le agradaba ser mensajero, dar ejemplo en su manera de vivir constantemente o ser profeta.

Dios le pidió que fuera a llevar la palabra a un pueblo; ese era básicamente su único trabajo; y decidió no hacerlo. Al tomar esa decisión, no le importo a cuantos ponía en riesgo en su osadía.

Al montarse al barco donde huía, una tormenta amenazo la vida de toda la tripulación. Luego de iniciarse la tormenta pensó que si se ahogaba y moría la tormenta se iría, porque él era la razón de dicho problema.

Por el contrario, en vez de morir ahogado fue tragado por un gran pez para ser posteriormente vomitado, tras un genuino arrepentimiento dentro de la barriga del pez.

Quiso morir ahogado, luego pidió a Dios que le quitase la vida cuando no destruyo al pueblo al cual fue a predicar. Sin embargo, Dios aun así le mantuvo con vida y bajo su protección.

Le dio sombra, alimento entre otras cosas que no se detallan. Puede que no creas en Dios, puede que no nunca hayas escuchado de este amigo.

Lo que si importa es que si te sentiste identificado como lo sentí yo al leerla no dejes pasar ese sentimiento por alto.

Para unos minutos y termina de leer este último párrafo. 

No siempre verás días soleados, azules, y música que te inspire en el transcurso de tus días. Algunos días tendrás pensamientos de quitarte la vida y de evitar hacer lo correcto solo por un episodio o episodios donde la vida no giro a tu favor.

Pero recuerda, que aun amargado, suicida, depresivo y abandonado como sientas o estés DIOS NO TE SOLTARA, y eso cambia el final de la ecuación trigonoemocional de nuestras vidas. 

El Señor le respondió:

—¿Te parece bien enojarte por esto?

Jonás 4:4

 

 

Zabdi Catedral

Estados Unidos.

 

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